Tiradentes

Los Padres de América Latina
que todos debemos conocer
TIRADENTES, ADELANTADO DE LA INDEPENDENCIA DE BRASIL


Joaquín da Silva Xavier, quien entró en la historia con el nombre de Tiradentes («sacamuelas»), fue el jefe de la conspiración llamada "Inconfidencia Mineira". Nació en 1748 en la capitanía de Minas Gerais, Brasil. Desde temprana edad sintió interés por curar enfermedades, y en especial el dolor de muelas. De ahí su nombre de Tiradentes.

Aliviaba los dolores de los pacientes con pomadas y hierbas. Joaquín trabajó primero como comerciante, arriero de mulas llevando mercancías por toda la provincia de Minas. Después perdió sus mulas y trató de dedicarse a la extracción de diamantes, pero fracasó. Al fin tuvo que entrar a servir como dragón en expediciones militares para combatir la delincuencia abundante en aquellos días. Los constantes desplazamientos por el país le permitieron conocer la realidad en que se obligaba a vivir al pueblo. También pudo conocer las ideas que en su tiempo empezaban a bullir en los albores de la revolución francesa.

Como consecuencia de sus experiencias, de las actitudes de sus compatriotas y de los acontecimientos del mundo, Tiradentes sacó la conclusión de que no sólo era posible sino también obligatorio luchar por la independencia de Brasil. El canónigo Luis Vieira da Silva, partidario de Tiradentes, tradujo la Constitución de EE.UU. Así los conspiradores tendrían en sus manos un documento político que podría orientarlos en su futura actividad.

En 1788 el gobernador de Minas Gerais prohibió abrir nuevas fábricas, aumentó los impuestos, inició la represión. Tiradentes decidió explotar los temores que eso suscitaba en la gente. Atrajo a la sublevación a personas destacadas de Vila Rica, la capital, entre ellos a un coronel y al comandante de los dragones. Se convirtió en el alma de la rebelión, logrando ganar para la "infidencia" a cientos de personas.

Discutían en sus reuniones multitud de temas: aspectos militares de la lucha, la libertad de los esclavos, el escudo y la bandera, ubicación de la capital, confiscación de las propiedades del tesoro, exención de tributos, creación de empresas, creación de escuelas...

Elaboraron un detallado plan de rebelión. Las acciones comenzarían el día en que las autoridades proclamasen la "derrama". Tiradentes daría la señal. Se arrestaría al gobernador, el ejército se sumaría a la rebelión, proclamarían la república, el nuevo gobierno se instalaría en el poder, se invitaría a todos los brasileños a ponerse de parte del nuevo orden, se declararía que nadie tendría que pagar impuestos. Mientras llegaba el día Tiradentes se trasladó a Río.

Durante su estadía en Río, las autoridades descubrieron la conspiración. A la vez declararon públicamente que no habría "derrama". Tiradentes tuvo que pasar a la clandestinidad. El gobernador empezó a detener a los sospechosos, quienes fueron torturados en los interrogatorios. El cura Ignacio Nogueira de lima no soportó la tortura y dio la dirección donde estaba escondido Tiradentes, quien fue capturado poco después. Fue interrogado once veces. A pesar de las torturas, no denunció a nadie. Su juicio tuvo lugar tres años después, el 19 de abril de 1792.

Se le acusó de ser un criminal, jefe del movimiento revolucionario. Fue condenado a pena de muerte en la horca. Su cabeza debía ser llevada a Vila Rica y expuesta en un alto poste, mientras que su cuerpo debía ser descuartizado, y sus partes debían exhibirse en los lugares donde el acusado había pronunciado sus discursos. El 21 de abril de 1792 fue ejecutada la sentencia.

Los portugueses pensaban que iban a fortalecer su poder con la muerte de Tiradentes y sus más cercanos seguidores. Pero no fue así: en 1798 las autoridades descubrieron una gran conspiración republicana en Bahía, que llegó más lejos que "los inconfidentes". Pasaron varios años y en 1822 Brasil proclamó su independencia. Aunque no fuese todavía el tipo de independencia que soñó Tiradentes. Pero la lucha por la justicia y la libertad sigue...