Para 2100: 25 mil millones de habitantes

Para 2100: 25 mil millones de habitantes
Urgente tomar medidas para disminuir el consumo de recursos naturales
 

Steve Connor


La población humana está atada a un aumento inexorable en este siglo y no variará con facilidad, ni siquiera por eventos apocalípticos como una tercera guerra mundial o una pandemia letal. No existe ajuste rápido a la bomba de tiempo demográfica, porque el número de humanos se ha elevado a un punto en el que tiene impulso propio, que no puede ser afectado en forma significativa ni siquiera por desastres globales inimaginables, según un estudio poblacional elaborado por científicos, publicado por The Independent.

Las medidas diseñadas para reducir la fertilidad allí donde el crecimiento demográfico es más rápido, sólo tendrán impacto a largo plazo, por lo que deben ir acompañadas de políticas orientadas a reducir el consumo de recursos naturales, advierten.

Dos ecologistas que normalmente estudian poblaciones animales en libertad han concluido que el número actual de personas en el planeta representará uno de los problemas más desafiantes para la vida sostenible en los próximos cien años, aunque todos los países adoptaran una política draconiana de un hijo por pareja. El impulso demográfico inexorable de la población humana erosiona con rapidez el sistema de sostenimiento de vida de la Tierra, observan los profesores Corey Bradshaw, de la Universidad de Adelaida, y Barry Brook, de la Universidad de Tasmania, en un estudio publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU.

La población mundial actual es de unos 7 mil 300 millones, y los demógrafos estiman que este número se elevará a unos 9 mil millones hacia 2050, y a 25 mil millones en 2100, aunque esto se basa en las tasas actuales de fertilidad, que se espera que desciendan en las próximas décadas.

El profesor Bradshaw declaró a The Independent que el estudio se diseñó para evaluar las cifras de población humana con la visión de un ecologista que estudia los impactos de la naturaleza sobre los animales, para determinar si factores como pandemias y guerras mundiales podrían tener una influencia importante en las proyecciones.

En definitiva, encontramos que la población humana es tan numerosa, que tiene su impulso propio. Es como un auto que corre a 240 kilómetros por hora: se puede pisar el freno, pero le llevará un rato detenerse, explicó Bradshaw.

Examinamos diversos escenarios de cambio en la población humana de aquí al año 2100, ajustando las tasas de fertilidad y mortalidad para determinar la gama plausible de magnitudes de población hacia el final del siglo. Incluso una política de un hijo por pareja –como la de China– en todo el planeta, aplicada en el próximo siglo, o eventos de mortandad catastrófica como un conflicto global o una pandemia, darían un resultado probable de entre 5 mil y 10 mil millones de habitantes en 2100, añadió.

Los investigadores idearon nueve escenarios que podrían influir en la cifra de humanos este siglo, que van desde actividad normal con las tasas de fertilidad actuales hasta una improbable política de un hijo por familia en todo el mundo, o a catástrofes mundiales en las que perecieran miles de millones.

Nos sorprendió que un escenario de tercera guerra mundial de cinco años, con la misma proporción de muertos de la primera y la segunda Guerras Mundiales combinadas, apenas registró un parpadeo en la trayectoria de la población humana en este siglo, comentó el profesor Brook.

Las medidas de control de la fertilidad mediante las políticas de planeación tendrán impacto a la larga en reducir la presión sobre los limitados recursos, pero no de inmediato, precisó. Nuestros tatara-tara-taranietos podrían resultar beneficiados con esa planeación, pero no los pobladores actuales, advirtió. Simon Ross, jefe ejecutivo de la organización filantrópica Population Matters, expresó que introducir la planificación familiar moderna en el mundo en desarrollo costaría menos de 4 mil millones de dólares, que es como la tercera parte de lo que el Reino Unido destina a ayuda a países en desarrollo cada año. Así pues, si bien la reducción de la fertilidad a nivel mundial no es un ajuste rápido, es relativamente barato, confiable y popular en la mayor parte de la población, con efectos positivos en general, manifestó.

 

Steve Connor

La Jornada - The Independent. Traducción Jorge Anaya