Maravillas posibles con la tecnología más simple

 

60 millones de alumnos registrados en 190 países

 

El matemático e ingeniero estadounidense Salman Khan ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2019. Khan es el creador de la Khan Academy, una web gratuita que permite que niños y adolescentes de todo el mundo aprendan matemáticas y ciencias a su ritmo, a través de vídeos y ejercicios.

El jurado ha decidido conceder el premio a Khan y a la plataforma por él creada en 2008 por la consolidación de «un formato original y transformador» que ofrece material educativo, gratuito, por medio de tecnologías simples de internet, para todas las edades y en cualquier lugar del mundo. Con una «visión pedagógica innovadora», Khan ha ideado un proyecto formativo complementario a partir de su lema «sólo tienes que saber una cosa: puedes aprender cualquier cosa», según detalla el acta que ha sido leída en Oviedo por el presidente del jurado, Gustavo Suárez Pertierra, presidente del Comité Español de la Unicef.

Khan Academy, con más de 60 millones de usuarios registrados en 190 países, ofrece, en más de 30 idiomas, ejercicios de práctica, vídeos instructivos y un sistema de aprendizaje personalizado que permite a los alumnos aprender a su propio ritmo, dentro y fuera del aula, materias como las matemáticas, la ciencia o la historia. Su sistema conquistó a Bill Gates y está sostenido por otras generosas fortunas que han contribuido a auparle como el maestro del mundo.

Nacido en Nueva Orleans en 1976, de madre india y padre bangladesí, y criado en un hogar que se mantenía con lo justo, Khan se ha ganado la fama de revolucionario con un sistema surgido de su propia experiencia y de unas cuantas certezas. El ingeniero eléctrico, matemático e informático formado en Harvard y el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) cree que cada estudiante es único y tiene ritmos de aprendizaje únicos, que el sistema tradicional de enseñanza, esencialmente pasivo, no puede satisfacer.

Khan plantea una especie de escuela al revés: se aprende en casa, con lecciones grabadas en vídeo y ejercicios, y se hacen los deberes en el aula. De esta forma, el estudiante que no ha entendido un concepto no tiene más que rebobinar la lección cuantas veces necesite, hasta dominarla. Y el profesor, que dispone de un programa para seguir los progresos y tropiezos de cada alumno en casa, puede invertir su tiempo en resolver lagunas. La escuela tradicional «te castiga por experimentar y fracasar» y eso hace que vayan solapándose déficits de aprendizaje, suele decir Khan. Su propuesta pasa justo por lo contrario: «Súbete a la bici y cáete. Hazlo por tiempo como necesites, hasta dominarla. Si dejas que el alumno trabaje a su ritmo, de repente empieza a interesarse y a evolucionar». Khan lo aprendió de su prima Nadia, una inteligente niña de 12 años a la que en 2004 se le habían atragantado las matemáticas. Él vivía entonces en Boston y Nadia, en Nueva Orleans, pero el analista decidió darle lecciones telefónicas cuando descubrió que la joven había perdido toda confianza en sí misma por su traspiés con los números. «Era lógica, creativa y tenaz», explica en su libro The One World Schoolhouse. Simplemente se le resistía la conversión de unidades y, sin esa base, era incapaz de seguir interiorizando conceptos matemáticos.

Después de esto, Khan se vio enseñando a una quincena de hijos de familiares y amigos. El teléfono no era práctico, así que probó con sesiones en grupo por skype, pero no resultaba tan eficaz. Cuando ya pensaba en dejarlo, un amigo le animó a hacer vídeos y subirlos a YouTube. Salman Khan, el matemático con millones de alumnos, Premio Princesa de Asturias de Cooperación 2019 A este premio se han presentado 29 candidaturas procedentes de 15 nacionalidades.