La fraternidad y los desempleados

La fraternidad y los desempleados
Una campaña a ser imitada


La «Campaña de la Fraternidad» es una campaña que promueve anualmente la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños de la Iglesia Católica proponiendo un tema a ser profundizado y practicado de un modo especial durante la cuaresma. Modélica en sus planteamientos, exitosa en su realización, es una iniciativa digna de ser tenida en cuenta como inspiración para otras Iglesias del Continente. Esta es la orientación dada para la realización del año 99.

Algunos objetivos de la Campaña:

•Contribuir a que la comunidad eclesial y la sociedad se sensibilicen ante la grave situación de los desempleados.

•Denunciar el modelo neoliberal excluyente que profundiza el desempleo estructural, impone un patrón de consumo insaciable y exacerba la competencia y el individualismo;

•Anunciar una sociedad basada en nuevos paradigmas, donde la persona humana sea el centro y la vida, no se subordine a la lógica económica; en la que el trabajo no se reduzca a mera sobrevivencia, sino que promueva la vida, en todas sus dimensiones;

•Comprometer a la Iglesia con iniciativas que construyan una cultura de la solidaridad;

•Estimular un amplio movimiento de solidari-dad para manterner viva la esperanza de los que afrontan directamente el problema, promoviendo iniciativas concretas de trabajo y renta.

Elementos antropológicos

La tiranía del mercado con la creciente desigualdad económica, por la concentración de la renta y el empobrecimiento y exclusión de la mayoría del pueblo. Aparte de las consecuencias desastrosas en el campo ético y moral con el abuso del poder y del placer;

Ser personas. El proceso educativo acompaña y asesora a la persona en su crecimiecto a la búsqueda de su madurez en las relaciones consigo mismo, con los otros, con la naturaleza y con Dios, en una continua y dinámica búsqueda de equilibrio en su dominio de sí mismo, en las dimensiones físicas, psíquica y espiritual, con un sabio uso de sus potencialidades corporales, afectivas y relacionales, intelectuales y volitivas;

La búsqueda de la felicidad. Es intrínseca al ser humano. Hay un ethos natural en cada persona que la hace valorar la vida, amar, defenderse del sufrimiento y de la muerte, construir para sí y para los otros condiciones esenciales para disfrutar del milagro de vivir y amar... Hay todavía una búsque-da del sentido de la vida, tanto para el aquí histó-rico como para el más allá de la muerte;

Fundamentos falsos. El neoliberalismo es la ideología que hoy está estructurando el modo de vida personal y colectivo a partir del endiosamien-to del poder, del dinero, del placer, del saber opresor y por el afán enfermizo de lucro, que pasa por encima de la dignidad humana y hasta de la propia vida;

La manipulación de la religiosidad. Es fácil explotar económicamente la religiosidad y las religiones, sobre todo a partir de lo sagrado, del misterio y de la fragilidad humana, manifestada en las enfermedades, en la falta de amor, la miseria, el miedo del mal y de la muerte.

Elementos bíblicos

La clave de todo es amar. La síntesis de la felicidad del ser humano está en el mandamiento mayor: "amar a Dios sobre todas las cosas" y "amar al prójimo como a sí mismo". En este horizonte el trabajo y las relaciones de trabajo, lógicamente, están en función de la cualidad de vida de cada persona, de su famlia, de la comunidad y de toda la sociedad.

Trabajo y descanso. Son elementos integrantes del hecho de vivir, pues Dios trabaja y descansa.

El "Jubileo". Su contenido: a) el descanso; b) la intimidad de la familia; c) el dedicarse a Dios; d) el perdón de las deudas; e) la liberación de los esclavos; f) la reforma agraria.

Trabajar la tierra. El mandato bíblico: "multi-plíquense, crezcan, dominen la tierra" (Gn 1, 28) es para ser leído a partir del don primero y mayor, que es Dios mismo. La tierra está en función de la gloria del Señor Dios y es a El a quien el ser humano da cuentas de cómo trata con ella. Está al servicio del ser humano, no puede ser ni idolatrada ni demonizada ni esclavizada.

El rescate. Uno de los puntos del Jubileo es el conjunto de leyes y orientaciones sobre el rescate: hermano o pariente empobrecido que queda debiendo, tierra o casa hipotecada, judío esclavo de extranjero, parientes pobres forzados a hacerse esclavos de parientes mejor situados. Y si no hubiera forma de rescatar a alguien, Dios obliga, en el año jubilar, a que esa persona quede libre de todas sus deudas (Lv 25, 54).

Profetismo y trabajo. Es impresionante la defensa de los profetas en la defensa intransigente del empobrecido, esclavizado o excluido. El ayuno agradable a Dios, según Isaías, es soltar los cepos injustos, dar la libertad a los oprimidos, romper todo tipo de yugo, repartir el pan con el hambrien-to, acoger en casa a los pobres sin techo...

Jesús obrero-trabajador. Jesús trabajó con sus propias manos, desde niño, para conseguir, como todo ser humano, el pan de cada día.

Mi Padre trabaja siempre (Jn 5, 17)

La «subversión» de Jesús. La parábola sobre los obreros desempleados contiene el paradigma más revolucionario propuesto por Jesús para la regulación de las relaciones de trabajo: «Id también vosotros a trabajar a mi viña y os daré lo que sea justo». Y todos recibieron el mismo salario. «No puedo hacer de mis bienes lo que quiera? ¿O me miras con envidia porque soy bueno?» Así, los últimos serán los primeros y los primeros, últimos (Mt 20, 1-15).

El Mesías y el Reino. El Reino del Padre, anunciado por Jesús y por el cual él da la vida, ha de acontecer ya aquí en la tierra, en la vida concreta de las personas, en la vida del pueblo, teniendo su realización plena en la eternidad feliz. Aquí y ahora, debe acontecer el Reino de justicia y de misericordia, el Reino de perdón, donde los pobres tienen voz.

Elementos de teología

La dignidad humana, con su vocación integral, bien de toda la sociedad, debe ser respetada y promovida. El hombre, en efecto, es el autor, el fin de toda la vida económico-social (GS 63).

El contraste económico-social: cf GS 63

La Iglesia decide actuar: En Medellín (1968), al aplicar la enseñanza de GS 63 escuchó el clamor sordo de los empobrecidos y asumió la misma decisión de Yavé frente a la esclavitud que el pueblo vivía. De ahí la opción evangélica preferencial por los pobres.

El canto de María. El Magníficat nos presenta a María diciendo que Dios realizará la justicia derribando de los tronos a los poderosos y elevando a los humildes, despidiendo con las manos vacías a los ricos y saciando de bienes a los hambrientos (cf Lc 1, 49). Ella, a quien Jesús elogia al decir que es su madre porque hace la voluntad del Padre, nos dirige constan-temente la invitación apremiante: «Hagan lo que él les diga» (Jn 2,5), y lo que Jesús nos dirá siempre, es para vivir, con radicalidad, el Manda-miento Mayor de Amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como Jesús mismo nos ama (Jn 13, 34ss)