La CIA trabajó diez años con narcotraficantes

La CIA trabajó 10 años con narcotraficantes

La jornada


Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington. EEUU trabajó con narcotraficantes en varias ocasiones en América Latina durante los últimos 10 años y tuvo pleno conocimiento de las actividades de envío de droga a su país por miembros de la contra nicaragüense.
Jack Blum, ex asesor del Subcomité sobre Terrorismo y Narcóticos del Senado y quien encabezó la primera investigación en torno a los vínculos entre la contra y el narcotráfico a fines de los 80, afirmó que hay amplia evidencia de que la comunidad de inteligencia de EEUU estaba bien enterada y que deliberadamente decidió ignorar las actividades de narcotráfico de las fuerzas antisandinistas durante la segunda mitad de la década del 80. También recordó que las administraciones de Reagan y Bush obstaculizaron la investigación sobre el vínculo entre «aliados» de EEUU en A.L. y el narcotráfico.
También se presentó el inspector general de la CIA, Frederick Hitz y su colega en el Departamento de Justicia, Michael Bromwich, quienes realizan una investigación formal sobre el asunto provocadas por una serie de reportajes publicados por el diario californiano San Jose Mercury News, según los cuales dirigentes de la contra, con el apoyo de la CIA, introdujeron cocaína crack en la comunidad negra de Los Angeles para financiar la guerra antisandinista.
Blum hizo un recuento a fondo de los casos en que había evidencia de que agentes y funcionarios trabajaron con personas en América Latina en la lucha anticomunista con pleno conocimiento que sus aliados eran narcotraficantes, o que tenían contactos con ese sector criminal. «La verdad es que los políticos cerraron sus ojos ante el comportamiento criminal de nuestros aliados en esa guerra. Los políticos ignoraron su negocio de droga, su robo, y sus violaciones de los derechos huma-nos. Sabíamos de la conexión entre el comercio de cocaína de la costa oeste (estadounidense) y los contras».
Blum ofreció detalles y ejemplos en los que se encontró evidencia de que los esta-dounidenses tenían conocimiento pleno de las actividades de narcotráfico de sus aliados en CA.
Recordó que el propio general Noriega de Panamá estaba en la nómina del gobierno de EEUU, con un pago de unos 200 mil dólares al año, y que por lo menos en dos ocasiones se reunió con el coronel Oliver North, uno de los cerebros del Irán-contras, para planificar el apoyo a la contra. Y subrayó que durante todo ese tiempo el gobierno estaba consciente de que Noriega estaba involucrado en el narcotráfico.
Señaló que empleados del gobierno de EEUU no hicieron nada para detener el flujo de drogas que finalmente afectó a comunidades estadounidenses, sólo con la justificación de que la guerra anticomunista en C.A. era prioridad. Y que el poder Ejecutivo hizo todo lo posible para entorpecer su investigación-.
La Jornada 24 octubre 1996