Deuda Externa: La Deuda de la muerte

LA DEUDA DE LA MUERTE

Pedro CASALDÁLIGA


Nacer endeudado, vivir endeudado, morir endeudado... es el destino de todos los pobres de Tercer Mundo, el sino fatal de nuestra América. Y ser endeudado así equivale a ser prohibido de la vida. La Deuda Externa es la muerte interna.

Acabamos habituándonos a esa guerra total, la más mortífera de cuantas guerras registra la Historia humana. La expresión máxima de la dominación internacional. El crimen mayor del capitalismo. Guerra, dominación, crimen, por otra parte, cínicamente justificados en el Derecho Internacional: se trata de una “deuda”, y la deuda es un deber y un derecho, las deudas se pagan...

Nuestros políticos, las convenciones internacionales, la conciencia desmovilizada o subsirviente vienen haciendo de la Deuda Externa la Constitución real de nuestros Pueblos sometidos. A causa de la Deuda no podemos hacer Reforma Agraria; a causa de la Deuda no podemos atender ni la salud ni la educación ni los salarios... Somos el patio del FMI, la barraca del Banco Mundial.

Contestar la Deuda es ingenuidad política, fuga histórica, irresponsabilidad económica. Y seguimos pagando, no la Deuda, sino apenas sus intereses: ¡once mil millones de dólares por año en nuestro miserabilizado Brasil!

Las Iglesias históricas, en este país, sin populismos ni irresponsabilidades, por principios de ética y por elemental exigencia evangélica, ya declararon conjuntamente que la Deuda Externa es inmoral: no se puede pagar, ni se debe pagar.

Pero el sentido común y las estadísticas honestas saben muy bien que ya hemos pagado esa Deuda, con intereses de expoliación, de miseria y de muerte.

Si alguna intersolidaridad puede salvar nuestra América del colapso económico y social al que el Primer Mundo y sus mecanismos nos condenan, ésa sería la voluntad integrada, latinoamericanamente unida, de no pagar la Deuda Externa. Siempre será más ingenuo, más cínico, más suicida, que paguemos para morir, para ver nuestros Pueblos aniquilados por el hambre, por las enfermedades, por la marginación mundial.

Contra la Deuda Externa, la Dignidad continental interna!