Concepto maya de la Conquista

Concepto maya de la Conquista

Miguel León Portilla


La imagen que se formaron los diversos grupos de mayas acerca de la Conquista presenta rasgos que la hacen inconfundible. Ante todo encontramos en ella, más aún que en el caso de los aztecas, la preocupación milenaria por indicar la fecha precisa en que cada acontecimiento ocurrió. Así, por ejemplo, en la crónica de Xulub Chen quedan consignadas exactamente las tres expediciones que tocaron las costas de Yucatán.

En segundo lugar está la serie de profecías de los antiguos sacerdotes que predicen con angustia la llegada de los extranjeros. En el texto de Maní estas profecías adquieren una insistencia más allá de lo creíble. Allí se dan los nombres de los varios sacerdotes que anunciaron la llegada del «trozo de madera que colocado en lo alto» habría de dar nuevo sentido a la vida de los mayas.

Podrá discutirse si realmente estas profecías fueron pronunciadas antes de la llegada de los conquistadores. Pero aun cuando no fuera así, son testimonio del empeño maya por llegar con su astrología, con sus «ruedas» o ciclos de katunes, con su ciencia del tiempo, a una interpretación coherente de esos hechos que habrían de transformar violentamente su modo de ver el mundo, sus formas de adorar y toda su antigua manera de vida.

Es cierto que en las tierras altas de Guatemala, al igual que en el mundo azteca, se pensó en principio que los extranjeros eran dioses. Los Anales de los Cakchiqueles son explícitos en este punto. Los mayas de Yucatán, en cambio, no pensaron que los extranjeros fueran dioses. Desde un principio los llamaron dzules, forasteros. También los llamaron «come-anonas», porque vieron que los hombres de Castilla, a diferencia de los propios mayas, comían esos frutos.

Pero el rasgo más interesante de los testimonios mayas, a través de los que puede percibirse lo que llamamos «su visión filosófica de la Conquista», está en los juicios que emitieron acerca de ella. Leemos en Chilam Balam de Chumayel:

...lo que hicieron los dzules cuando llegaron aquí. Ellos enseñaron el miedo.

Vinieron a marchitar las flores. Para que su flor viviese, dañaron y sorbieron la flor de nosotros...

Y añade más abajo:

¡Castrar al sol! Eso vinieron a hacer aquí los dzules.

El juicio condenatorio de los sacerdotes y sabios mayas supervivientes se funda en razones. Al igual que sus hermanos del mundo azteca, son conscientes de que sus dioses han muerto. Saben que el cristianismo predica el amor y la paz. Pero ven con sus propios ojos que la manera de obrar de los cristianos contradice lo que les predican:

Nos cristianizaron, pero nos hacen pasar de unos a otros como animales. Dios está ofendido de los chupadores...

En resumen puede decirse que en la visión maya de la Conquista hay tres elementos fundamentales: es contemplada y predicha desde el punto de vista de la marcha inexorable del tiempo; por lo menos en Yucatán nadie piensa que los dzules sean dioses; y, finalmente, se toma conciencia de lo que han hecho y se les mide con el criterio de la doctrina que ellos predican. Quienes escribieron los libros de Chilam Balam habían aceptado ya, al menos en parte, el cristianismo. Lo que mueve a los mayas a condenar a los extranjeros es la contradicción entre sus prédicas y su manera de actuar y comportarse con los indios. Tal nos parece ser el meollo del concepto maya de la Conquista.