África en éxodo

África en éxodo

Pier Maria Mazzola


Continente de emigraciones, desde siempre. Y de gente en camino: para visitar a un amigo, para realizar pequeños negocios, para participar en un funeral, para encontrar a los parientes... “Caminar de a dos es medicina”, dicen los macua de Mozambique.

Continente de pueblos en fuga, en este final de milenio: de las guerras y de la miseria. De prófugos y de desalojados (tiene el primado de los refugiados: 4 millones y medio); de emigrados en pequeños grupos hacia Europa y EEUU (no sólo brazos, también cerebros); de muchachas deportadas -en condiciones de verdadera esclavitud- a las aceras del sexo en los países del Norte; de campesinos actualmente amontonados como sardinas en absurdas periferias africanas (38% de población urbana en el 2000), más cloacas que barrios. Como en torno al centro profusamente iluminado de Nairobi:

“En Karogocho viven cien mil personas hacinadas unas sobre otras en poquísimos kilómetros cuadrados. Y con ellos gritas: Dios mío, ¿dónde estás? Al atardecer -cuenta el P. Alex Zanotelli, que desde hace diez años vive en un tugurio igual a los otros-, celebramos la eucaristía en los tugurios de quienes mueren de Sida. ¡Qué verdadera resuena la Palabra cuando se la escucha en la comunidad de los desperdi-cios!… Este año hemos orado el Exodo releyendo de este modo nuestro camino de liberación en Korogocho, con los ojos puestos sobre el Imperio del dinero. Es una Palabra que nos ha hecho soñar. El sueño de Moisés. El sueño de Jesús”.

Pero ¿qué éxodo puede soñar el Africa del 2000?

Profetizó el Che Guevara que “Estados Unidos no tenía colonias en ese continente, y ahora pugnan por penetrar en las zonas reservadas de sus socios. Cierta-mente Africa, en los planos estratégicos del imperialismo norteamericano, constituye su reserva a largo plazo”. No en vano la primera área controlada por los rebeldes en la guerra del Zaire-Congo (1996-97) fue un yacimiento de niobio, más precioso que el platino. Inmediatamente aparecieron los intereses norteamericanos, sin preocu-parse mínimamente de los no menos de docientos mil refugiados ruandeses hutu, asesinados o hechos perecer en la guerra “de liberación” por el dictador Mobutu.

Después de la caída del muro de Berlín, la importancia de Africa para Occidente no reside ya en su papel de pieza de ajedrez en la lucha este-oeste, sino en su renovada apetibilidad económica. EEUU exporta hacia Africa más que hacia la ex-Unión Soviética, y el conti-nente negro se ha convertido en aquél del cual los petroleros y la industria minera esperan más. Es también aquél en el cual las inversiones extranjeras prometen mejores resultados (la mano de obra es allí la más económica y la menos sindicalizada del mundo). Se ha puesto de moda, en los periódicos financieros, enaltecer los éxitos del crecimiento macroecómico de los países africanos, como prueba de que las recetas sobre el ajuste estructural son buenas. Mientras tanto, las élites locales medran sobre la corrupción, y las poblaciones viven aplastadas como nunca por el peso de la deuda externa.

Con todo, existe otra Africa, que irradia vitalidad. Agricultores que hacen milagros en las zonas semidesérticas de Kenia o de Nigeria. Y toda una economía informal (aún más, popular) -entre el don y el mercado, entre tradición e invención- que permite a la gente vivir. Allí se verifica la intuición de la Pobreza riqueza de los pueblos que elaboraba hace veinte años el beninense Altert Tévoédjrè, en contraposición a la idea occidental de desarrollo. Y ya comienzan a funcionar bancos alternativos, que ofrecen microcréditos a los campesinos y a las familias que no pueden dar garantías patrimoniales, casi todas (el modelo ya experimentado viene de Asia: el Grameen Bank de Bangladesh).

Y, además, están la sed de democracia que ha eclosionado en los años 90, la irrupción de los derechos humanos en el lenguaje cotidiano, un flujo mayor de información, el descubrimiento del papel deletéreo del Banco Mundial y del FMI, la toma de conciencia política que los aglomerados urbanos favorecen y, paradójica-mente, el mismo prolongarse de situaciones insoporta-bles. Todo ello les ha abierto los ojos a muchos.

Está naciendo un nuevo modo de ser: después de 500 años (la primera circumnavegación del continente, llevada a cabo por Vasco de Gama, es del 1498) los africanos quieren volver a ser sujetos de la propia historia. Y coprotagonistas de la Nueva Historia univer-sal, en la cual “cada civilización saldrá de los límites en que estaba encerrada, no para ir a la conquista de otros mundos culturales, para eliminarlos (los Incas, los Mayas…), sino para reencontrase a sí misma, en toda su plenitud, y con todas sus promesas en el camino del futuro colectivo” (Théophile Obenga).

El viento de oriente, que separará las aguas del mar inventando para el continente un camino de salida, está soplando fuerte, especialmente sobre la mujer. Aunque todavía en muchos casos sigan sometidas a prácticas discriminatorias y a veces infamantes (como las mutila-ciones genitales de varios tipos, que afectan a 115 millones de africanas en la mitad de los países del Continente), y aunque sean las primeras víctimas de las crisis económicas y de los desequilibrios sociales, son hoy las mujeres, sus voces y su experiencia, las que perfilan el rostro de un Africa Nueva.

“Hasta ahora han tenido que obedecer sin discutir a todo lo que la sociedad les imponía. Hoy -exclama la teóloga anglicana keniata Musimbi Kanyoro- las mujeres africanas invitan a las iglesias a evaluar críticamente la cultura para ver en qué medida favorece la justicia, la vida, la paz y la liberación”. “Se ha acabado el tiempo de las estériles lamentaciones -le hace eco otra teóloga, la Hna. Bernardette Mbuy Beya, congoleña-. Las mujeres tienen que decidir ponerse de pie y organizarse para realizarse juntos, mujeres y hombres, en el mutuo respeto”.

No son sólo deseos de algunas intelectuales, sino acciones de grupos y movimientos, asociaciones y cooperativas. Desde las prostitutas de Korogocho, que se unen para trabajar en el artesanado de cestos y de collares, hasta el Movimiento de las “mujeres para la justicia y la paz” de Kinshasa, pasando por las cajas de socorro mutuo en Camerún y los centros femeninos para la reconciliación hutu-tutsi en Ruanda y Burundi.

No será ya Moisés esta vez quien encabece el éxodo de Africa hacia el nuevo milenio. Le tocará, probable-mente, a María, su hermana. Que, esta vez, no se limitará a danzar sobre la playa.

Información en línea sobre AFRICA/AFRICA

Africa Faith and Justice Network:

www.igc.apc.org/afjn/index.html

Africanews, DIA, New People, Wajibu:

www.peacelink.it/afrinews.html

ANB-BIA: www.peacelink.it/anb-bia.html

MISNA: www.misna.org

Revista “Nigrizia”: www.peacelink.it/users/nigrizia/

EMI: http://www.emi.it/

Peacelink for Africa: http://www.peacelink.it/africurl.html

ENDA Tiers Monde: Ambiente e sviluppo, economia popolare, bambini lavoratori... B.P. 3370, Dakar (Senegal) http://www.enda.sn/indexsp.htm

A World Directory of Development Organizations and Programs: http://www.energ.polimi.it/development/

Mujeres por la Paz

Mouvement des femmes pour la justice et la paix: c/o Soeur Pétronille Kayiba, B.P. 724, Limete-Kinshasa (Congo)

Association des Femmes Burundaises pour la Paix: B.P. 5721, Bujumbura (Burundi)

Centre pour les Femmes: Building Old East 1er étage, B.P. 6180, Bujumbura (Burundi)

Association des Volontaires de la Paix: B.P. 1787, Kigali (Rwanda)

Pro-Femmes / Twese Hamwe: B.P. 1026, Kigali (Rwanda)

Movimento pela Paz: C.P. 2546, Maputo (Moçambique)

LIDA Women’s Development Organisation: c/o UNICEF Information Office, Mogadishu (Somalia)

Women for Peace: P.O. Box 25, Alexandra 2090 (Sudáfrica)

The Liberian Women Initiative: 112 UN Drive, P.O. Box 153, Monrovia (Liberia)

Mouvement National des Femmes pour la sauvegarde de la paix et de l’unité nationale: B.P. 1171, Bamako (Malí)

Sudanese Women’s Voice for Peace: P.O. Box 21123, Nairobi (Kenya)

Comité National des Femmes pour la Paix: B.P. 2041, Brazzaville (Congo)

Women for International Peace and Arbitration: P.O. Box 24378, Windhoek (Namibia)

FESOP: P.O. Box 21917, Nairobi (Kenya)

Mujeres Africanas en línea

http://www.africaonline.co.ke/AfricaOnline/coverwomen.html

Foundation for women’s health: http://www.tggh.net/forward/

Conectabilidad africana a internet

http://www.nsrc.org/AFRICA/africa.html

http://spcons.cnuce.cnr.it/RINAF/link.html

 

Pier Maria Mazzola

Director de «Nigrizia»