10 actitudes para con las Grandes Causas

10 actitudes para con las Grandes Causas

Mauro Kano


Las religiones nuevas y antiguas siempre mostraron la relación entre nosotros y Dios, entre el Creador y las criaturas, entre el Cosmos y cada partícula existente, el Yin y el Yang, la Parte y el Todo. La palabra misma religión puede venir de re-ligare. Estamos entrelazados. En la autonomía y en la complicidad. Cada acto, gesto, palabra, pensamiento, mirada, actitud, sentimiento... repercute en todo el Universo. Cada movimiento del Universo influye en cada persona, en cada vida, en cada elemento de la Naturaleza.

Nuestra vida está orientada por las Grandes Causas. Pero, para que se den Grandes Acontecimientos, es necesario que haya Pequeños gestos... Tanto unos como los otros son imprescindibles. Para hacer una Gran Revolución –sea industrial, política, espiritual...–, son necesarias pequeñas revoluciones en la vida diaria, los conflictos internos, el crecimiento físico y emocional, la superación del dolor y de los desafíos... de cada militante revolucionario. De ahí la importancia de encontrar la clave que mueve todo esto: para que se den Grandes Transformaciones, es necesario que estén ya realizadas y asimiladas dentro de nosotros mismos, que también nos transformamos penetrados por las transformaciones del mundo. Y, cuanto más conscientes, más coherentes deben ser nuestras elecciones.

En esta línea, sugerimos 10 actitudes concretas - hacia las Grandes Causas:

1. Amarse a sí mismo: animarse, ejercitarse, cuidarse, en la alimentación, el descanso, la respiración, la conciencia, el respeto, la dignidad. Es la puerta de entrada para conectarse con el prójimo, con la naturaleza, con el universo, con lo divino.

2. Perfeccionarse: en el estudio (para hacer una revolución, hay que prepararse con la ciencia, además de valor, coraje y osadía); en la mirada más allá de la realidad –más allá de lo que ella esconde–; en las acciones que practica: hacer siempre más, de la mejor manera posible, y no lo más cómodo o más fácil; humanizando la naturaleza, divinizando a la humanidad, haciendo el mundo mejor para todos.

3. Liberarse: romper las propias barreras, pues muchos obstáculos que nos impiden caminar están dentro de nosotros mismos, en nuestra conciencia, nuestros bloqueos y traumas. Romper las barreras exteriores que nos aprisionan: miedo, diferentes formas de esclavitud, amenazas y sanciones.

4. Meditar: liberarse también en la conciencia, o sea, trascender, percibir desde dentro todo lo que nos rodea, dar con su significado cierto, vivir intensamente el presente, estar presentes, ser presencia en cada acción, al lado de cada persona, en la situación concreta y real.

5. Escuchar: dar atención al prójimo, lo que sólo es posible a través del contacto –con el tacto, tocar al otro–. La solidaridad mayor se hace concretamente en el trabajo de base, entrando en las casas, sentándose a la mesa, compartiendo el pan.

6. Re-conectar: lo pequeño con lo grande y lo grande con lo pequeño, sabiendo que, lo que se hace en las pequeñas cosas, repercute en las grandes, la parte en el todo y el todo en la parte.

7. Arreglar la casa: pequeños gestos, acciones, palabras, decisiones... cada actitud, dentro de casa, contribuye y va construyendo Justicia, Paz y Vida en todas partes.

8. Concretar: «de buenas intenciones, ¡el infierno está lleno!». La coherencia entre lo que se hace y lo que se piensa, entre lo que se vive y lo que se proclama, entre lo que desea en el plano mayor y lo que realiza pequeños gestos, tener el mundo que se desea ya realizado en sus acciones.

9. Profundizar: en lo más profundo, para alcanzar lo más alto, lo que lleva hasta las últimas consecuencias y las hace cotidianas.

10. Seguir: es en el seguimiento donde trazamos nuestra espiritualidad: las Grandes Causas se concretan desde las Pequeñas Causas: la acogida, la sonrisa, el cuidado, el gesto de amor, la palabra acertada y cariñosa, la oración, el descanso...

 

Mauro Kano

São José dos Campos, SP, Brasil